* Pedro Callisaya Aro
En pleno siglo XXI, se ha evidenciado que en el país aún existe condiciones de semiesclavitud, patronaje o sobreexplotación, o como quiera denominarlo la academia, pero lo cierto es que las pésimas condiciones llevaron, al menos a 14 familias indígenas en el Chaco Cruceño, a soportar por generaciones, jornadas extendidas de trabajo a cambio de alimento o algo de vestimentas, con suerte el acceso a la educación, pero este derecho condicionado a la voluntad de los patrones, para que otorguen o no, el permiso para que puedan asistir a clases fuera de su hacienda, es este caso 'La Tunita', situado en el territorio indígena Kereimba Iyaambae.
Recordemos que la servidumbre es el sometimiento de la voluntad del trabajador, en condición o condiciones en la cual el ejercicio de un trabajo no depende de la libre voluntad, sino de imposiciones externas y sin condiciones laborales dignas, situación se fue naturalizando en las familias guaraníes mencionadas.
En un trabajo conjunto con diferentes carteras estatales, en visitas a la hacienda de más de 2 mil hectáreas, se evidenció que está forma de sometimiento impidió el acceso y goce de los derechos fundamentales de mujeres, niñas, niños, adolescentes, adultos mayores y otros miembros de las familias guaraníes de esta hacienda a tener una vida digna.
El cuestionamiento surge: Sí, se evidenciaron estás vulneraciones, se documentaron… pero ahora ¿qué?
Se elaboró el informe defensorial: “Persistencia de relaciones de servidumbre o empatronamiento en el chaco cruceño: el caso de familias guaraníes empatronadas en el predio agropecuario ‘La Tunita’", como instrumento de denuncia, mismo que permitió emitir recomendaciones al Estado para que se prioricen acciones urgentes para que las familias guaraníes puedan acceder a la alimentación, salud, educación y vivienda, como derechos de atención prioritaria. Las recomendaciones apuntan al Ministerio de Trabajo, al Instituto Nacional de Reforma Agraria, al Ministerio de Justicia y al Gobierno Autónomo Indígena Originario de Kereimba Iyaambae.
No sé puede admitir que estas condiciones de explotación y sobreexplotación laboral continúen en nuestro país y con este informe dejamos como precedente para que estás condiciones de vida sean erradicadas y denunciadas para que nunca más, ni una familia boliviana, indígena, campesina, originaria sea sometida a las condiciones de trabajo mencionadas y que el Estado haga vigilancia permanente para garantizar el goce de los derechos de las y los bolivianos en todo el territorio nacional.
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