Una de esas lluviosas madrugadas, cuando Morfeo me había echado de sus brazos, me puse a revisar periódicos de pasados años. Uno de esos periódicos de “a peso” mostraba un singular titular: “justicia al desnudo”.
Me imaginé ver a la dama Temis en traje de Eva. Ciertamente parecía una idea atrayente considerando que hasta ahora se había portado veleidosa con sus encantos. Me imagino que es una experiencia común a todos los que nos encontramos en la misma vereda del camino.
La idea se tornó escalofriante cuando pensé en la posibilidad de ver otras “cosas” desnudas: los pensamientos, las actitudes, los compromisos, los prejuicios… a todos al “desnudo”.
Conocer qué piensa y cómo actúa cada uno en la oscuridad de lo íntimo, sin el ropaje de la palabrería, sin la careta social ni la moral de “vitrina”.
Ver al “solidario” discriminando, al “amigo” traicionando, a la “dama” puteando, al “devoto” pecando, al “policía” robando, en fin… al juez, corrompiéndose....toda la fauna social.
¡¡¡Qué campo nudista!!!
Sin duda le haría bien al bolsillo –pienso– pues ahorraría los altos costos de sistemas de seguridad, cámaras ocultas, alarmas, sensores de movimiento, seguridad privada, etc., temas que estos últimos días distraen mi atención.
En fin, "Justicia al desnudo" decía el titular.
Cuando puse mayor atención al contenido, descubrí que se trataba de un viento fuerte que había quitado el techo a los juzgados de El Alto provocando la huida de todos los funcionarios puestos en evidencia.
¡Vaya naturaleza!!!... descubrió la forma de ver desnuda a la justicia...
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