lunes, 21 de mayo de 2018

LOS DDHH LIGADOS AL PRESUPUESTO DE LA DESCOLONIZACIÓN


 Pedro F. Callisaya Aro.
1. UN ENFOQUE CRÍTICO DE LOS DDHH
Los DDHH pertenecen a una tradición histórica, social y cultural determinada, en este caso, la occidental moderna.
Por ello, no se puede hablar de DDHH en abstracto sino desde una identidad cultural, lingüística e históricamente validada.
El analizar los DDHH desde una posición cultural no occidental implica un avance descolonizador, ya que hablar desde la misma tradición occidental sobre los DDHH evita las posibilidades de asumir una posición crítica con respecto a los DDHH.
Es decir, que hablar de una perspectiva descolonizadora es asumir un locus de enunciación que no sea occidental moderno
Nuestro país tiene una multiplicidad de racionalidades diferentes a la occidental moderna, y esto hace que necesariamente debamos hablar de los DDHH desde una posición crítica, es decir desde un punto de vista de vida cultural e histórico.
Asumir una posición descolonizadora sobre los DDHH, presupone que, si los DDHH traen consigo una concepción de moralidad, ética y derecho y política, no hay ninguna razón por la cual asumir que esos presupuestos tengan carácter universal, dada la inexistencia de una sola cultura planetaria.
Si bien se pueden hablar de valores comunes a diferentes culturas, de lo que no podemos hablar es de la existencia de sistemas morales, éticos o políticos, universales que sean comunes a todas las culturas habidas y por haber.

2. CARACTERIZACIÓN DE LOS DDHH DESDE UNA PERSPECTIVA CRÍTICA
Así pues, desde una perspectiva crítica, los DDHH tienen las siguientes características:
-          La Declaración de los DDHH es que tienen un sesgo marcadamente liberal e individual e individualizante.
Esto choca con las cosmovisiones indígenas cuya conducta comunitaria se funda en la ética de la reciprocidad y la ética de la complementariedad.
-          Tiene una finalidad metafísica: la libertad individual.
Esto es problemático con la perspectiva indígeno originario, porque la libertad no necesariamente permite llegar al vivir bien. ¿Comparativamente qué pasa cuando ponemos frente a frente derecho cuya finalidad es la libertad frente a otros cuya finalidad es vivir bien?. ¿De qué sirve tener libertad si se sufre hambre, discriminación, etc.?
Es problemático suponer que la finalidad de los DDHH sea la preservación de la garantía de la libertad individual siendo que el capitalismo ha producido la pobreza en este planeta y esos mismos derechos que tienen la finalidad de la libertad no puedan garantizar que un ser humano pueda realizar sus derechos básicos.
Estaríamos en presencia de DDHH que da un mayor valor a la libertad (metafísica) que a la propia vida, causa misma de que podamos ser libres.
-          El discurso de los DDHH es parte del discursos de las llamadas sociedades “democráticas”
Estas sociedades han tomado decisiones en lo religioso, económico, educativo, político  al margen de los destinatarios de esas decisiones.
Los países del “primer mundo”, abanderados de los DDHH, son aquellos que más violación de los DDHH producen en los países del “tercer mundo” con la pobreza que genera la explotación capitalista.
Estos países del “primer mundo” separan lo ético y moral (cuyo ámbito exclusivo son los DDHH) de las decisiones políticas. Al promover la globalización y colonización, restringen lo porque lo ético y moral a los DDHH y lo político a la toma de decisiones políticas a nivel planetario. Es decir, lo ético influye en la toma de decisiones políticas.
Se produce una paradoja entre los DDHH de la sociedad occidental moderna y que son defendidas por las naciones democráticas y las acciones que estas tienen en todo el planeta en los países que no son del primer mundo.
El discurso de los DDHH por parte de las sociedades democráticas, no garantiza la inclusión de los discriminados ni de los países periféricos.
-          Los DDHH tienen un marcado antropocentrismo
Un capitalista podría respetar y promover los DDHH, pero de ninguna manera respetar a la Madre Tierra por el carácter antropocéntrico de los DDHH, que no le dan estatuto de sujeto a lo que conocemos a la Madre Tierra, la Pachamama, la naturaleza.
A contrario, las culturas indígenas originarias asumen a la Pachamama como el origen de la vida, y lo asumen como parte de la comunidad, lo cual supone asumirla como sujeto de derechos.
En el proceso que vivimos, lo más importante no sólo es la dignidad o inclusive la vida del ser humano, porque el origen mismo de la vida de la especie humana que es la naturaleza, ahora esta en riesgo, entonces, es preciso considerar si los DDHH resultan suficientes para confrontar problemas como el calentamiento global o es necesario redefinirlos en otros términos, lo cual no significa anular o desechar los DDHH.
-          El ejercicio de los DDHH desarraiga al ser humano de su tradición cultural
Los DDHH traen consigo una concepción de individuo o persona superpuesta al contexto histórico social al cual pertenece, occidental o indígena originario, porque el ejercicio de los DDHH no presupone responsabilidad social o comunal, presupone únicamente una responsabilidad individual y por lo tanto los DDHH accionan sobre los derechos individuales de los hombres y mujeres independientemente de si estos derechos están siendo determinados por condicionado o no por el contexto al cual pertenece este hombre o mujer.
-          Los DDHH asumen una formal posición de ser igual para todos
Los DDHH no reconocen la diferencia entre ricos y pobres. De pronto encontramos que los pobres (la victimas del capitalismo) son los sujetos destinatarios de los DDHH, yq que los que tienen cierto estilo o estatuto de vida, porque precisamente sus condiciones sociales evitan que puedan ser víctimas de la violación de DDHH.

3. NECESIDAD DE REDIMENCIONAR LOS DDHH
El mundo occidental siempre ha pensado al ser humano como la medida de absolutamente todo, de ahí su absoluto antropocentrismo para con casi todos los contenidos que tiene.
Sin embargo, en el marco del Estado Plurinacional, diferente al monocultural que no tiene nada que ver con el vivir bien, con una CPE que reconoce los derechos de las culturas indígenas originarias e implícitamente los derechos de las Madre Tierra, existe una proceso de resignificación de los DDHH que hay que reconocerlo como un viraje hacia lo cosmocéntrico, asumiendo que la naturaleza es sujeto de derechos.
Así, los DDHH en el estado plurinacional deben ser completados con otra generación de derechos: los derechos de la naturaleza.
Es decir, avanzar hacia los derechos de la vida. Una articulación entre la vida de las sociedades y las culturas con los derechos de la naturaleza, de la madre tierra o Pachamama, sólo así tendríamos unos DDHH que no sean ajenos a la vida, sino expresados en los derechos de la vida.
Esto supone a pensar la relación entre DD de la Madre tierra y los DDHH en términos de un diálogo intercultural.
Es preciso rescatar los aportes de occidente, no proscribirlos, pero también reconocerlos como totalmente insuficientes por su negación a la realidad ético-morales de los pueblos indígenas.
Hacer que los DDHH ya no sean subordinados a finalidades metafísicas que no aportan al vivir bien, sino que apunten a finalidades que materialmente nos permitan vivir bien.

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