1. UN ENFOQUE CRÍTICO DE LOS DDHH
Los DDHH pertenecen
a una tradición histórica, social y cultural determinada, en este caso, la
occidental moderna.
Por ello, no se
puede hablar de DDHH en abstracto sino desde una identidad cultural,
lingüística e históricamente validada.
El analizar los
DDHH desde una posición cultural no occidental implica un avance descolonizador,
ya que hablar desde la misma tradición occidental sobre los DDHH evita las
posibilidades de asumir una posición crítica con respecto a los DDHH.
Es decir, que
hablar de una perspectiva descolonizadora es asumir un locus de enunciación que
no sea occidental moderno
Nuestro país tiene
una multiplicidad de racionalidades diferentes a la occidental moderna, y esto
hace que necesariamente debamos hablar de los DDHH desde una posición crítica,
es decir desde un punto de vista de vida cultural e histórico.
Asumir una posición
descolonizadora sobre los DDHH, presupone que, si los DDHH traen consigo una
concepción de moralidad, ética y derecho y política, no hay ninguna razón por
la cual asumir que esos presupuestos tengan carácter universal, dada la
inexistencia de una sola cultura planetaria.
Si bien se pueden
hablar de valores comunes a diferentes culturas, de lo que no podemos hablar es
de la existencia de sistemas morales, éticos o políticos, universales que sean
comunes a todas las culturas habidas y por haber.
2. CARACTERIZACIÓN DE LOS DDHH DESDE UNA PERSPECTIVA
CRÍTICA
Así pues, desde una
perspectiva crítica, los DDHH tienen las siguientes características:
-
La Declaración de los DDHH es que
tienen un sesgo marcadamente liberal e individual e individualizante.
Esto choca con las
cosmovisiones indígenas cuya conducta comunitaria se funda en la ética de la
reciprocidad y la ética de la complementariedad.
-
Tiene una finalidad metafísica: la
libertad individual.
Esto es problemático
con la perspectiva indígeno originario, porque la libertad no necesariamente permite
llegar al vivir bien. ¿Comparativamente qué pasa cuando ponemos frente a frente
derecho cuya finalidad es la libertad frente a otros cuya finalidad es vivir
bien?. ¿De qué sirve tener libertad si se sufre hambre, discriminación, etc.?
Es problemático
suponer que la finalidad de los DDHH sea la preservación de la garantía de la
libertad individual siendo que el capitalismo ha producido la pobreza en este
planeta y esos mismos derechos que tienen la finalidad de la libertad no puedan
garantizar que un ser humano pueda realizar sus derechos básicos.
Estaríamos en
presencia de DDHH que da un mayor valor a la libertad (metafísica) que a la propia
vida, causa misma de que podamos ser libres.
-
El discurso de los DDHH es parte del discursos
de las llamadas sociedades “democráticas”
Estas sociedades
han tomado decisiones en lo religioso, económico, educativo, político al margen de los destinatarios de esas
decisiones.
Los países del “primer
mundo”, abanderados de los DDHH, son aquellos que más violación de los DDHH producen
en los países del “tercer mundo” con la pobreza que genera la explotación
capitalista.
Estos países del “primer
mundo” separan lo ético y moral (cuyo ámbito exclusivo son los DDHH) de las
decisiones políticas. Al promover la globalización y colonización, restringen
lo porque lo ético y moral a los DDHH y lo político a la toma de decisiones
políticas a nivel planetario. Es decir, lo ético influye en la toma de
decisiones políticas.
Se produce una
paradoja entre los DDHH de la sociedad occidental moderna y que son defendidas
por las naciones democráticas y las acciones que estas tienen en todo el
planeta en los países que no son del primer mundo.
El discurso de los
DDHH por parte de las sociedades democráticas, no garantiza la inclusión de los
discriminados ni de los países periféricos.
-
Los DDHH tienen un marcado
antropocentrismo
Un capitalista
podría respetar y promover los DDHH, pero de ninguna manera respetar a la Madre
Tierra por el carácter antropocéntrico de los DDHH, que no le dan estatuto de
sujeto a lo que conocemos a la Madre Tierra, la Pachamama, la naturaleza.
A contrario, las
culturas indígenas originarias asumen a la Pachamama como el origen de la vida,
y lo asumen como parte de la comunidad, lo cual supone asumirla como sujeto de
derechos.
En el proceso que
vivimos, lo más importante no sólo es la dignidad o inclusive la vida del ser
humano, porque el origen mismo de la vida de la especie humana que es la
naturaleza, ahora esta en riesgo, entonces, es preciso considerar si los DDHH
resultan suficientes para confrontar problemas como el calentamiento global o
es necesario redefinirlos en otros términos, lo cual no significa anular o
desechar los DDHH.
-
El ejercicio de los DDHH desarraiga al
ser humano de su tradición cultural
Los DDHH traen
consigo una concepción de individuo o persona superpuesta al contexto histórico
social al cual pertenece, occidental o indígena originario, porque el ejercicio
de los DDHH no presupone responsabilidad social o comunal, presupone únicamente
una responsabilidad individual y por lo tanto los DDHH accionan sobre los
derechos individuales de los hombres y mujeres independientemente de si estos
derechos están siendo determinados por condicionado o no por el contexto al
cual pertenece este hombre o mujer.
-
Los DDHH asumen una formal posición de
ser igual para todos
Los DDHH no
reconocen la diferencia entre ricos y pobres. De pronto encontramos que los
pobres (la victimas del capitalismo) son los sujetos destinatarios de los DDHH,
yq que los que tienen cierto estilo o estatuto de vida, porque precisamente sus
condiciones sociales evitan que puedan ser víctimas de la violación de DDHH.
3. NECESIDAD DE REDIMENCIONAR LOS DDHH
El mundo occidental
siempre ha pensado al ser humano como la medida de absolutamente todo, de ahí
su absoluto antropocentrismo para con casi todos los contenidos que tiene.
Sin embargo, en el
marco del Estado Plurinacional, diferente al monocultural que no tiene nada que
ver con el vivir bien, con una CPE que reconoce los derechos de las culturas
indígenas originarias e implícitamente los derechos de las Madre Tierra, existe
una proceso de resignificación de los DDHH que hay que reconocerlo como un viraje
hacia lo cosmocéntrico, asumiendo que la naturaleza es sujeto de derechos.
Así, los DDHH en el
estado plurinacional deben ser completados con otra generación de derechos: los
derechos de la naturaleza.
Es decir, avanzar
hacia los derechos de la vida. Una articulación entre la vida de las sociedades
y las culturas con los derechos de la naturaleza, de la madre tierra o
Pachamama, sólo así tendríamos unos DDHH que no sean ajenos a la vida, sino
expresados en los derechos de la vida.
Esto supone a
pensar la relación entre DD de la Madre tierra y los DDHH en términos de un diálogo
intercultural.
Es preciso rescatar
los aportes de occidente, no proscribirlos, pero también reconocerlos como totalmente
insuficientes por su negación a la realidad ético-morales de los pueblos
indígenas.
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